Comparto contigo otro capítulo de mi próximo libro Vivir sin miedos. Atrévete a comenzar de nuevo. La presentación en Madrid, a la que me acompañarán Raimón Samsó y Jordi Nadal, tendrá lugar el próximo jueves 28 de octubre a las 19:00 en el Ámbito Cultural de El Corte Inglés [C/ Serrano, 52].
¡Ojalá puedas pasarte!
Este capítulo se llama ¿Le pregunta al que ha llegado?
Y te invito a que cuando acabes su lectura descuelgues el teléfono… ¿Por qué no coger el teléfono y hacer esa llamada? ¿Qué es lo peor que puede pasar?
¿Le pregunta al que ha llegado?
He estado al alcance de todas la manos,
que han querido tocar mi mano amigamente.
[Silvio Rodríguez]
De tanto mirar, a veces se acaba aprendiendo. [Hiroshima mon amour]
El miedo es el primer enemigo natural que un hombre debe derrotar en el camino del saber y del conocimiento [De Las enseñanzas de Don Juan de Carlos Castaneda]
Cuanto más genial es una persona, más abierta está a compartir sus conocimientos para ayudar a los principiantes; eso es así, porque seguros de su valía, no temen que nadie vaya a eclipsarlos. [Luis Racionero]
¿Quiere cultivar una actitud esencial para liderar su propia vida? Acostúmbrese a preguntar al que sabe.
Soy consciente de que en nuestra cultura sucede exactamente lo contrario. El profesor dice en el colegio ¿Alguien tiene alguna pregunta?… Y nadie levanta la mano. Años después, en las empresas pasa lo mismo. Nadie quiere levantar la mano ni destacar.
Y sin embargo preguntar, pero sobre todo preguntar al que sabe, puede cambiar su vida.
La película En busca de la felicidad, protagonizada por Will Smith y basada en hechos reales, cuenta la historia de Chris Gardner, un comercial que se ve abocado a la ruina y que termina durmiendo en los servicios del metro con su hijo pequeño. Un día, Chris camina por la calle y ve a un hombre que se baja de un llamativo deportivo de color rojo y entonces le dice:
– Tengo que hacerle dos preguntas. ¿Qué es lo que hace y cómo lo hace?
– Soy agente de bolsa.
Finalmente Gardner consiguió un empleo en prácticas en la compañía de ese hombre al que preguntó, posteriormente un trabajo y cinco años más tarde acabó fundando su propia empresa, que por cierto acabó vendiendo en 2006 en un trato multimillonario.
El mensaje de esta cinta, tremendamente inspiradora por otra parte, es claro: pregunta al que sabe sobre algo. Hay personas que saben mucho. Sobre un tema en concreto o sobre la vida. Lo curioso es que casi nadie les pregunta. Y mi experiencia demuestra que si el deseo de saber es sano y sincero, normalmente están encantadas de compartir ese conocimiento. Haga la prueba.
Por supuesto, tiene que estar dispuesto a hacer lo mismo. Y cuanto más lo haga, comprobará que más fluye la información en un sentido y en otro. Y eso enriquecerá, en todos los sentidos, su vida y la de su entorno.
En este sentido, mi modelo son las flores. Ellas regalan su fragancia, sin importar quién sea la persona que se acerca a disfrutarlo. Ellas no preguntan, simplemente ofrecen su aroma a quién quiera disfrutarlo. Pues bien, mi experiencia me ha demostrado que aquellos dispuestos a ofrecer su fragancia a los demás, encontrarán fácil ayuda cuando la necesiten.
Pida ayuda. Lo más probable es que esté dispuesto a ofrecer ayuda cuando se la soliciten, entonces ¿por qué no iba a solicitarla? Pídala, pregunte. No asuma que las personas que están a su alrededor tienen que actuar por sí mismas. Obsérvelo: en una reunión de amigos, alguien dice que se ha quedado en paro. Todos le escuchan pero lo más fácil es que nadie le ofrezca soluciones. Sin embargo, esta misma persona pide ayuda y pregunta si alguien podría preguntar por vacantes en sus empresas actuales o en sus redes de contactos y entonces los demás se ponen en marcha.
Pida lo que quiere: no espere a que los demás lo ofrezcan. Ni en la vida personal ni en la profesional. Pregunte y pida ayuda. La energía tiene que estar en movimiento.
En un curso de escritura que seguí hace muchos años, el escritor Luís Landero nos solía decir, con la intención de que leyéramos los textos clásicos, “hay que libar en la flor y no en la miel”. Aún tengo presente esta frase. Cuando se encuentre a alguien que sabe de algo, a alguien que le sirva de modelo o que le inspire, disfrute de la experiencia de escuchar o de preguntar. Aprenda de esa persona, empápese. Con frecuencia me pregunto por qué nadie pregunta al que ha llegado.
Aunque el destino de esa persona sea diferente al suyo, seguro que tiene algo que aprender. Cada persona tiene una verdad que contar. Eso no significa que esa verdad sea la suya, pero pregunte y escuche, sin juzgar. Seguro que aprende algo.
Tengo dos preguntas que hacerle: ¿qué es lo que hace y cómo lo hace?
Sergio Fernández
En mi vida profesional he hecho y sigo haciendo de «esponja», absorviendo todo lo que puedo aprender de los demás y el resultado os puedo garantizar que es fantástico. En cambio, en mi vida personal me pasa al contrario, son los demás los que recurren a mí a preguntarme, supongo que verán en mi a una persona en la cual confiar.
De cualquier forma, todos tenemos le necesidad de preguntar y aprender de los demás, otra cosa es que no lo hagamos.
Saludos.
Sergio, me encanta este post. Sinceramente, no te he comprado el libro, jeje.
Lo de preguntar, yo siempre he preguntado hasta poner en compromiso al maestro, nunca me quedo satisfecha, una respuesta me provoca otra pregunta. Y es cierto, que compartir la información te trae más información.
Siento que las personas que tienen grandes soluciones para los problemas cotidianos te dan la información con cuentagotas para hacerse los interesantes o para que les compres tal o cual producto, que siempre es incompleto, hasta que te hartas. No me parece noble esta actidud: o das o no das. Lo que no te cuenta casi ninguna de estas personas es la retroalimentación que consiguen con tus comentarios, dudas, alusiones, anécdotas. En fin, que en general somos bastante egoistas, y no nos damos cuenta de lo que esto atasca la evolución de la humanidad.
Tu eres genial, como dice Luis Racionero, y los que te leemos te lo agradecemos mucho!
Salud!
De todos podemos aprender, de los que saben y de los que no saben tanto. Todos tienen algo que enseñar y todos tienen algo que aprender. Quizá no sepan la verdad absoluta pero si la potencialidad que les hace únicos y triunfadores sea la faceta en la que sea que triunfen.
Lo principal la actitud de conocer su potencial y querer aprender a desarrollarla aprendiendo a través del fluir de esa energía transformada.
GRACIAS POR EL POST!
Me gusta leerte.
Enhorabuena por el post, te leo desde hace unos meses y es todo un placer.
Sin duda es una En busca de la feliciadad es una gran pelicula y gran ejemplo de superacion.
http://blogdejano.blogspot.com/2008/05/confia-en-ti-mismo-la-caballera-no-va.html
saludos!
Pues si, a mi me cuesta mucho preguntar, en cambio me encanta que me pregunten, y explicar las cosas. Soy de las que digo: «¿me explico?», en vez de «¿me entiendes?»
De todos modos empiezo hoy mismo a preguntar, yo quiero llegar lejos…mas lejos….
Genial este post, Sergio.
Creo que es un tema cultural el no preguntar a un desconocido cómo ha llegado ahí, ya que no nos enseñan a preguntar sin miedos desde pequeños. Lo malo es que solemos preguntar al que tenemos cerca, y que está igual o peor que nosotros, con lo que la respuesta suele ser negativa, del tipo «no hay solución», «la gente como tú y como yo nunca llegaremos» o cosas por el estilo.
Un saludo.
…yo pensaba que sabía pedir las cosas,y al no obtener el resultado que qería…decidí investigar…Entonces me dí cuenta que no hacía las preguntas adecuadas…..Ahora trabajo peticiones y ofrecimientos, y obtengo muy buenos resultados….y eso me hace más feliz. Nos vemos el jueves….para que me firmes el libro. Muak
Bueno, Sergio: En este momento de mi vida, si tengo que preguntarle a alguien sería a ti. No recuerdo quién dijo «el mejor elogio que puedes hacerme es imitarme». Me estás inspirando mucho, gracias.
The reich wingers were crowing about their gods revenge. I cant help but wonder why they didnt crow as Ronald Reagan went through the horror of losing his mind.