La teoría de las 10.000 horas

¿Has oído hablar de la teoría de las 10.000 horas?

Malcolm Gladwell habla de ella en su libro «Outliers» en el que se pregunta cuál es la diferencia entre aquellos que triunfan en la vida y los que no. Gladwell llega a la conclusión de que el talento innato no explica la diferencia y que el éxito es resultado de la suma de talento y preparación. Esta teoría fija el número del éxito en 10.000 horas de preparación.

Y esto no es algo nuevo… Mozart tocó el clavicordio unas 20.000 horas antes de cumplir los diez años, Hemingway decía que para aprender a escribir hacen falta un millón de palabras de porquería y Los Beatles, cuando triunfaron en 1964, habían actuado en directo unas 1.200 veces; la mayoría de los grupos no actúan 1.200 veces ni a lo largo de toda su carrera.

En efecto, la única diferencia entre esa persona que es tan buena en algo y tú son muchísimas horas de trabajo. Tal vez esa persona haya tenido más visión que tú, pero el punto de inflexión lo representa la preparación ya que una buena visión de futuro sin horas de trabajo no sirve para nada.

Aprender algo bien lleva mucho tiempo, por más que en la sociedad actual intentemos convencernos de lo contrario. No tengas prisa por aprender. Si estás dedicando tu tiempo en algo que realmente te apasiona te darás cuenta de que la prisa pasa a ser algo secundario. Y esto, dedicarte a lo que apasiona, es la otra gran clave del éxito.

Diez mil horas, a mil horas por año, son diez años en el caso de que le dedicaras aproximadamente 100 horas al mes, o lo que es lo mismo, 25 horas a la semana. Y si te dedicas a ello a tiempo completo, completar 10.000 horas le llevará aproximadamente cinco años. Y eso son muchas horas y muchos años como para estar ocupado en una actividad que no te haga vibrar de verdad. Y ese es el motivo por el que tantas personas terminan abandonando a mitad de carrera.

Hay películas que encierran verdadera sabiduría y una de ellas es Forrest Gump. Forrest es una de esas personas que son sabias sin saberlo y cuya forma de afrontar la vida le lleva a conseguir logros impensables para la mayoría.

Pero, ¿cuál es el secreto de Forrest Gump?

Son dos: hacer lo que le gusta sin esperar resultado alguno y hacerlo todo el tiempo. Así, un día, Forrest, sin motivo alguno, decide que quiere salir a correr un poco. Recorre su país de un lado para otro y se pasa más de dos años corriendo. Cuando Forrest descubre que le gusta jugar al ping pong, juega todo el día y se convierte en el mejor jugador de ping pong hasta el punto de que le fichan para la Selección americana de ping pong y de que representa a su país frente a China en una competición.

¿Cómo consigue estos resultados? Haciendo lo que le gusta y haciéndolo mucho. Haciéndolo todo el tiempo. No hay más.

En definitiva…

La idea que te queremos transmitir es la siguiente: lo que hagas hoy da exactamente igual. Lo único que importa es lo que haces la mayor parte de los días. Tu vida no va a cambiar porque hoy te pases el día tumbado en el sofá; tampoco si hoy te aplicas con ganas pero después no haces lo mismo los próximos diez días y los próximos diez años.

Y si esta entrada te ha resultado interesante, a continuación rescatamos una conferencia de Sergio Fernández en la que cuenta cómo debes definir tus objetivos para conectar con tu propósito:

¡Gracias por leer el post y compartirlo!

El Equipo de Instituto Pensamiento Positivo

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